La temperatura y la presión son factores críticos que influyen significativamente en la calidad de tela estampada dispersa , particularmente en el proceso de impresión por transferencia de calor. Así es como cada factor afecta el resultado:
Temperatura:
Activación por sublimación de tinte: los tintes dispersos se activan con el calor, lo que hace que se sublimen (pasen de sólido a gas) y se unan a las fibras sintéticas, generalmente poliéster. La temperatura óptima para este proceso de sublimación suele estar entre 180°C y 210°C.
Impacto en la profundidad del color: las temperaturas más altas generalmente conducen a una mejor penetración del tinte, lo que resulta en colores más profundos y vibrantes. Sin embargo, si la temperatura es demasiado alta, puede hacer que el tinte se difunda demasiado rápido, provocando sangrado o distorsión del color.
Textura y resistencia de la tela: Las temperaturas excesivas pueden dañar la textura de la tela, volviéndola quebradiza o propensa a encogerse. Por otro lado, una temperatura demasiado baja puede provocar una mala transferencia del tinte, lo que producirá impresiones opacas o descoloridas.
Uniformidad de temperatura: una temperatura constante es crucial para que el tinte penetre uniformemente en la tela. El calentamiento desigual puede provocar colores o patrones inconsistentes.
Presión:
Garantizar el contacto entre el tinte y la tela: Es necesaria presión para garantizar que el tinte del papel de transferencia se aplique uniformemente a la superficie de la tela. Una presión insuficiente puede provocar una transferencia de tinte incompleta, lo que provocará impresiones irregulares o borrosas.
Prevención de imágenes fantasma o borrosas: La presión adecuada ayuda a evitar el movimiento entre la tela y el papel de transferencia, lo que puede causar imágenes fantasma (imágenes dobles) o borrosas. Demasiada presión puede distorsionar la tela, mientras que muy poca presión puede provocar una débil adherencia de la impresión.
Detalle y nitidez: una presión más alta garantiza que los detalles finos del diseño se transfieran nítidamente, lo que da como resultado impresiones nítidas y bien definidas.
Equilibrio óptimo:
Para tejidos con estampados dispersos de alta calidad, es esencial encontrar el equilibrio adecuado entre temperatura y presión. Generalmente:
Temperatura: 180°C a 210°C.
Presión: Moderada, para asegurar un contacto constante sin dañar la tela ni causar distorsión.
La combinación de la temperatura, la presión y el tiempo adecuados durante el proceso de transferencia de calor garantiza impresiones de alta calidad con colores vibrantes, detalles nítidos y una mínima distorsión de la tela.